domingo, 21 de diciembre de 2008
LA PESADILLA DEL EVARISTO
En la puerta de mi rancho, sentado bajo un árbol, lejos del ruido infernal que hay en la ciudad, escuchaba los cantos de los pájaros y el recorrido del agua mojando las piedras de un arroyo, sentía una brisa tibia rozándome la cara y mis ojos se perdían en la hermosa llanura verde, que como un manto cubre la tierra donde descansa la pachamama.
Mi caballo atado al palenque me aguardaba para llevarme a recorrer el campo y arriar el ganado, el perro dormía su siesta y ahí en esa tranquilidad un recuerdo venia a mi mente ¿ y el enano ? que se habrá hecho de él ya ni lo siento, esta paz lo ha dejado palmado o hipnotizado y bueno total, mejor que duerma también.
De repente oigo un caballo relinchando, trayendo sobre sus ancas a la vecina de al lado.
-que hace doña Asunción montada de ese modo, se ha sacado las trenzas y dejo su pelo al viento.
-lo que ocurre don Evaristo es que he leído como una mujer llamada Godiva recorrió su pueblo montada en un caballo y solo cubierta con su pelo.
-y me dije que lindo seria imitarla voy a desatarme las trenzas y me voy al rancho de mi vecino que hace mucho que no me trae al enano.
-vea doña, lejos esta el enano de despertarse ahora, yo creo que al verla así el muy pillo se hizo lombriz y se escapo por ahí.
-es que acaso no lo conmueve mi cuerpo de Eva
-vea yo creo que ha si fue, pero UD, debe comprender que tantos pelos sueltos muy peluda se la ve.
-bueno don Evaristo como hombre listo que ud siempre me ha dicho que es, ¿porque hasta que vuelva en si el enano no conversamos un poquito?, ayúdeme a bajar que le traje una manzana.
-mire doña que lo del relato de la manzana es pura ficción y aunque bajo de esos pelos no tenga calzón, es muy difícil que al morder esa manzana se me caiga la bombacha aunque sea un gaucho querendón.
-inténtelo, pegue un mordisquito y vera como pronto el sabor fresquito lo refresca un poquito.
-bueno no voy a despreciarla como gaucho atento y cortes que soy le dare un mordisquito, espero que no halla engualichado la manzana?
-¡no que pensar muérdala con confianza.
Y no van a creer que luego de morder la manzana, los ojos se me dieron vuelta y giraban alborotados, las rodillas me temblaban, los dientes me crujían y a la vieja
peluda la abrazaba diciéndole que la quería, menos mal que al revolcarme, un abrojo se me prendió en las bolas y me devolvió la memoria.
Del susto me tire al arroyo para despertarme del todo, monte a mi moro y salí galopando a campo abierto.
La Asunción también monto su zaino y me empezó a perseguir, gritándome parase Don Evaristo que no vamos a divertir.
Así me agarro el atardecer corriendo desesperado con el sudor que me mojaba a chorros y con mi vecina a mis espaldas imitando a la Godiva, que más bien parecía un gorila que me quería comer.
Entre ese revuelo y agitado con el corazón en la boca de los fuertes latidos que el pobre pegaba, pensaba donde esta mi tranquilidad y la tardecita con mate.
Y entonces sucedió el milagro de repente me sentí sacudido y mis ojos sorprendidos se abrieron.
Era mi perro que lameteándome me despertaba.
Di un salto mire alrededor y me dije, la pucha que pesadilla, si es para no creer
Bueno "Que la paz sea con Uds. y que a mi no me abandone.
Espero haberles alegrado el corazón y si una risa les sacado me doy cumplido
¡Hasta la pròxima!
Cariños
Eduardo Nieto Mùjica